Emic y etic , la enciclopedia libre
Los términos emic y etic los introdujo el lingüista Kenneth Pike basándose en la distinción entre phonemics (fonología) y phonetics (fonética) y desde allí se extendió y adaptó a la sociología y la antropología social.
Pike argumentó que este tipo de distinción basado en la interpretación del sujeto (fonema) frente a la realidad acústica de un sonido (fonética) debía extenderse a la conducta social.
Los términos se popularizaron en la antropología social gracias a Marvin Harris, quien los reutilizó con acepciones ligeramente diferentes a las que había dado Pike. Estos conceptos cobraron interés en la redefinición del método etnográfico en corrientes como la nueva etnografía de los años 50, la etnolingüística, etnociencia o etnosemántica.[cita requerida]
Distinción
[editar]La distinción emic / etic se usa en las ciencias sociales y las ciencias del comportamiento para referirse a dos tipos diferentes de descripción relacionadas con la conducta y la interpretación de los agentes involucrados. Se entiende generalmente emic como el punto de vista del nativo y etic como el punto de vista del analista, mediante una serie de herramientas metodológicas y de categorías (según el musicólogo y semiólogo Jean-Jacques Nattiez, 1990: 61).
Descripción
[editar]- Una descripción emic es una descripción en términos significativos (conscientes o inconscientes) para el agente que las realiza. Así por ejemplo una descripción emic de cierta costumbre de los habitantes de un lugar estaría basada en cómo explican los miembros de esa sociedad el significado y los motivos de esa costumbre.
- Una descripción etic es una descripción de hechos observables por cualquier observador desprovisto de cualquier intento de descubrir el significado que los agentes involucrados le dan.
La distinción emic / etic es similar a la existente entre nomotético / ipsativo aunque ambas distinciones no coinciden exactamente. Pero sí existen dos tradiciones en las ciencias sociales: la objetivista y la subjetivista.
La preocupación es saber si sus modelos representan la forma en que piensan los nativos, y ambas tradiciones han estudiado o refutado la posibilidad de una Teoría General de la cultura, basada en qué criterios emic son universalmente compartidos (como el caso del tabú del incesto en los estudios de parentesco).
Los enfoques interculturales concluyen que esta ambición es posible solo mediante un ejercicio hermenéutico de interpretación que requiere de comprensión (verstehen) y empatía (einfühlen). Estas dos categorías pueden, sin embargo, caer en relativa contradicción, lo cual exige una investigación más cuidadosa sobre el tema.
Explicación
[editar]A veces la descripción etic y emic de un mismo fenómeno no coinciden, tal como mostró el antropólogo Marvin Harris en varios de sus trabajos. Eso hace importante atender a ambos tipos de descripciones. Por otro lado las motivaciones para buscar un tipo de descripción u otro pueden estar basadas en el tipo de trabajo. Los científicos interesados en la construcción local de significado no podrán dejar de atender a descripciones de tipo emic. En cambio los científicos interesados en investigaciones comparativas tratarán de buscar descripciones etic.
La categoría emic es para muchos autores una "estructura inconsciente" de un sistema cultural, de tal modo que un nativo jamás podría explicar en términos empírico-deductivos u objetivos (etic) un ritual, una tradición, un mito, etc. La etnografía a menudo ha considerado este par conceptual como un ejercicio en dos caminos distintos:
- Bien como un ejercicio de traducción intercultural de un sistema a otro, mediante el análisis comparativo y la correspondencia.
- O bien la tradición empirista en la antropología social que intentaba siempre una aproximación teórica a modo de ciencia universal (evolucionismo, estructuralismo, funcionalismo...), que pretendían definir los hechos sociales.
El antropólogo cognitivo W. Goodenough formuló lo que se conoce como análisis componencial que formula las reglas que ordenan lógica y empíricamente los campos semánticos del emic y el etic, concluyendo que no se necesita corresponder con reglas lo que el nativo es capaz de expresar.
Ejemplo
[editar]Un ejemplo interesante en que el emic y etic difieren, es el mencionado por Marvin Harris en relación con la proporción de vacas y bueyes en diferentes lugares de la India. En este caso el punto de vista emic es que todos los bovinos son sagrados y constituye un acto moral reprobable matarlos directamente o dejarlos morir de hambre o por descuido. El etic es que por razones económicas las proporciones de sexos en el norte y sur de India difieren, siendo en cada región más abundante el sexo del animal que resulta más rentable económicamente a los propietarios, a pesar de que nacen aproximadamente el mismo número de vacas que de bueyes.
La descripción del intercambio kula realizada por Bronislaw Malinowski ofrece visiones emic y etic en un mismo texto.
Hay quien estima[¿quién?] que el enfoque planteado por Marvin Harris cometía el error de plantear una teoría universal a partir del mundo de relaciones, significados o visiones del hombre histórico capitalista, en su modelo materialismo cultural, incurriendo así en el denominado etnocentrismo metódico. El enfoque etic no puede sino interpretar al emic, en criterios de adaptabilidad, estructura y significación, con el afán de alcanzar una mayor verificabilidad de los enunciados culturales.
Bibliografía
[editar]- Pike, Kenneth Lee (1967). Language in relation to a unified theory of structure of human behavior 2nd ed. The Hague: Mouton
- Goodenough, Ward (1970) “Describing a Culture” in Description and Comparison in Cultural Anthropology Cambridge: Cambridge University Press pp 104-119. ISBN 978-0-202-30861-6
- Harris, Marvin (1980) “Chapter Two: The Epistemology of Cultural Materialism,” in Cultural Materialism: The Struggle for a Science of Culture. New York: Random House. pp. 29-45 ISBN 978-0-7591-0134-0
- Nattiez, Jean-Jacques (1987). Music and Discourse: Toward a Semiology of Music (Musicologie générale et sémiologue, 1987). Translated by Carolyn Abbate (1990). ISBN 978-0-691-02714-2.