Peregrinación a la fuente de San Isidro , la enciclopedia libre

Peregrinación a la fuente de San Isidro o El Santo Oficio de sus muertos
Año 1820-1823
Autor Francisco de Goya
Técnica Óleo sobre muro, trasladado a lienzo
Estilo Romanticismo
Tamaño 123 cm × 266 cm
Localización Museo del Prado, Madrid, EspañaBandera de España España
País de origen España
La pintura mural original en la Quinta de Goya, fotografiada por J. Laurent en el año 1874. El rótulo indicando "Museo del Prado" fue añadido hacia 1890 en el negativo de vidrio original, que se conserva en la Fototeca del IPCE.

Peregrinación a la fuente de San Isidro o El Santo Oficio es una de las Pinturas negras que formaron parte de la decoración de los muros de la casa —llamada la Quinta del Sordo— que Francisco de Goya adquirió en 1819. Esta obra ocupaba probablemente la pared derecha según se entraba de la planta alta, junto con Visión fantástica o Asmodea, separado de este por la ventana central.[1]

El cuadro, junto con el resto de las Pinturas negras, fue trasladado de revoco a lienzo, a partir de 1874, por Salvador Martínez Cubells, por encargo del barón Émile d’Erlanger,[2]​ un banquero francés, de origen alemán, que tenía intención de venderlos en la Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, las obras no atrajeron compradores y él mismo las donó, en 1881, al Museo del Prado, donde actualmente se exponen.

No está claro qué se representa exactamente en este cuadro. La catalogación de Antonio de Brugada de 1828 lo tituló El Santo Oficio, basándose en el personaje situado en la esquina inferior derecha, que aparece vestido con el hábito del Tribunal de la Inquisición, aunque en ninguno de los demás personajes aparece relación con dicha institución. Una serie de personajes grotescos, que podrían ser monjas y brujas, van en procesión hacia un lugar no determinado.

La composición refleja un notable desequilibrio, pues todos los personajes se agolpan en la zona inferior derecha del cuadro, apiñados en un triángulo que limita con el ángulo suroriental de esta obra. Un paisaje irreal y agreste con más figuras en segundo plano, se extiende en la lejanía hacia la izquierda. Los hábitos de la mirada clásica son totalmente transgredidos.

Como en todas las Pinturas negras, la gama cromática se reduce a ocres, tierras, grises y negros. El cuadro es un exponente de las características que el siglo XX ha considerado como precursoras del expresionismo pictórico.

Notas

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  1. «Vista virtual de la ubicación original.». Archivado desde el original el 25 de junio de 2007. Consultado el 25 de junio de 2007. 
  2. Cfr. Valeriano Bozal (2005), vol. 2, pág. 247:
    Salvador Martínez Cubells (1842 - 1914), restaurador del Museo del Prado y académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, trasladó las pinturas a lienzo por encargo del que en aquel momento, 1873, era propietario de la quinta, el barón Fréderic Emile d'Erlanger (1832 - 1911). Martínez Cubells realizó este trabajo ayudado por sus hermanos Enrique y Francisco (...)
    Valeriano Bozal, Francisco Goya, vida y obra, (2 vols.) Madrid, Tf. Editores, 2005, vol. 2, pág. 247, ISBN 84-96209-39-3.

Bibliografía

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  • BENITO OTERINO, Agustín, La luz en la quinta del sordo: estudio de las formas y cotidianidad, Madrid, Universidad Complutense, 2002, págs. 32-33. Edición digital ISBN 84-669-1890-6.
  • BOZAL, Valeriano, Francisco Goya, vida y obra, (2 vols.) Madrid, Tf. Editores, 2005. ISBN 84-96209-39-3.
  • BOZAL, Valeriano, Pinturas Negras de Goya, Tf. Editores, Madrid, 1997.
  • GLENDINNING, Nigel, Francisco de Goya, Madrid, Cuadernos de Historia 16 (col. «El arte y sus creadores», n.º 30), 1993.
  • HAGEN, Rose-Marie y HAGEN, Rainer, Francisco de Goya, Colonia, Taschen, 2003. ISBN 3-8228-2296-5.

Enlaces externos

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